miércoles, 2 de febrero de 2011

¡que vivan los estampados!



La revista Glamour publicaba en su revista de febrero un reportaje sobre la goship Leighton Meester donde lucía un estilismo donde predominaban las telas estampadas. En una hoja aparecía con una camisola de MiuMiu que la revista Vogue no dudaría en sacar en un recopilatorio de esos de ahora lo in es llevar estampados, estampate para la próxima primavera-verano.





Y además, repetía con otra prenda, esta vez de Just Cavalli.



















viernes, 15 de enero de 2010

Fotografía y arte

La época que comprende la primera mitad del siglo XX fue la niña bonita de la fotografía, puesto que contaba con el estatuto de la veracidad, permitía inmortalizar pruebas, y además, también se la consideró un medio expresivo. Pero a partir de los años 60 llegó la televisión y llegó para quedarse, afectando a las funciones tradicionales de la fotografía que fueron perdiendo fuerza. La televisión mostraba los acontecimientos en movimiento, las personas, los animales, coches y resto de cosas parecían estar al lado de los espectadores. Todo se volvió más cercano, más real, y lo que es más importante, el nuevo electrodoméstico era más novedoso, espectacular y divertido. El boom de los espacios de escaparate y difusión de la fotografía se produjo durante la primera mitad de los años 70. La consecuencia de este estallido fue la institucionalización de la fotografía que sería el escopetazo de salida que daría inicio a la andadura de su reconocimiento en el mercado del arte. Empezó un viaje pero abandonó otro, aquel que la ensalzaba por mostrar la verdad y representar la realidad. Pero esta institucionalización no fue definitiva hasta los últimos años del siglo XX.
Los fotógrafos Henry Peach Robinson y Oscar Gustave Rejlander entendían que la semejanza de la fotografía con la pintura era lo que le otorgaba valor artístico a la misma. A finales de los años 1880 y tras los últimos disparos y matanzas de la primera guerra mundial se desarrollo el movimiento fotográfico llamado pictorialismo. Muchos fotógrafos quisieron con sus fotografías crear cuadros, tratando de reproducir las técnicas pictóricas. Hay quien se decantaba por empañar la lente del objetivo de su cámara de fotos echando el aliento sobre esta, otros algo menos sutiles untaban la lente con baselina. Con ello y también usando la técnica del desenfoque pretendían demostrar cómo de alto era el nivel artístico del acto fotográfico.
Cuando la fotografía entró a ser considerada como arte, la producción estética se vió azotada por la dinámica de producción en cadena o en masa, como si fuera una producto ordinario más, una mercancía, sujeta a la ley de la demanda y atada a los ritmos frenéticos de productos que pronto quedan obsoletos. Aún así se deberían considerar todas las piezas artísticas cómo únicas e irrepetibles, puesto que una vez estas se extraen del contexto de exposición, estudio y decoración, por poner un ejemplo, y se reproducen en masa, la obra se vulgariza, porque ya no es exclusiva. El movimiento Kitsch es un ejemplo. ¿Quién no ha visto esos bolsos, monederos y láminas que reproducen la lata de tomate de Andy Warhol?

domingo, 11 de octubre de 2009

Prisioneros

Al más puro estilo de la exitosa serie Prison Break, Billy Hayes y William Hoffer escribieron allá por el año1977 Expreso de media noche. Una novela sobre la vida en la prisión que llegó a mis manos por encontrarme con las puertas de la biblioteca pública cerrada por inventario y recurrir a la vieja biblioteca de papá con libros adquiridos por el engaño del círculo de lectores. Suelo recurrir poco a la sección de libros viejos de casa, pero siempre que he recurrido me ha slaido bien la jugada porque he elegido libros muy muy entretenidos.

"Por todas partes se veían tallas en jabón e intrincadas figuras de papel que representaban pájaros y animales", fragmento Expreso de media noche.


No pude evitar hacer un paralelismo con el cisne o pajarito de papel que Michael Scofield dobla y dobla para luego tirarlo por la alcantarilla de la cárcel.

sábado, 19 de septiembre de 2009

Leer me gusta. Porque me hace pensar. Me hace reflexionar. Practicar la lectura me hace relacionar, crear paralelismos entre las cosas, conocer mejor a las personas o más bien a los distintos tipos de personas, a saber controlar ciertas situaciones, a anticiparme a los hechos, a conocer lo que quizá nunca llegara a conocer en mi existencia. A relacionar situaciones con personas, a identificar. A ver que la ficción no está lejos de la realidad.

He citado varias veces a Marian Keyes en mis entradas. Volveré a hacerlo.

-Porque no es lo correcto. Y será mejor que entres en razón. No puedes estar sola, me necesitas. ¡Piénsalo!

Esto es lo que contesta un casi marido a su casi esposa. La patética razón, es el hecho de que el varón no acepta que su casi prometida trabaje en un puesto de poder y gane más dinero que él.

Y lo peor es que muchas mujeres al pensar sobre quedarse sola, llegan a la conclusión de que sería su fin, que no lo soportarían.

Si quieren saber más sobre cómo termina la historia original de Keyes, vayan rápido al capítulo La verdad está ahí fuera incluído en Bajo el edredón.

Lean y reflexionen. Y si lo ven necesario, escriban.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Ya llega

Se despertó cuando el sol todavía no se colaba por los lunares de su persiana. Sus pies descalzos sobre el piso daban saltitos para evitar el frío y repentino contacto. El pasillo le ofreció una bocanada de ese aire que huele a lluvia, a tierra mojada. Estaba llegando.
La otra noche al meterse en el coche para volver a casa echó mano de su cardigan rojo de punto. Otra, sus manos giraron rápidamente la ruleta del aire acondicionado de su coche hasta la raya roja. Las perlas que colgaban de las partes desnudas de su cuerpo se secaron al instante.
Y hoy cuando llegó a casa y se colocó ante su ordenador, escuchaba los truenos y las gotas caer. Una bola negra con ojos color miel se arrellanó en su regazo. Le regaló un rato de calor y vibraciones a cambio de mimosas caricias.
La temporada de lluvias previas al otoño se presentaba y le animaba a tumbarse bajo una fina colcha y pasar horas leyendo. Leyendo y escuchando su propia voz en la mente. La banda sonora quedaba en manos de las gotas que se precibitaban contra el cristal.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Salvajemente

Dos amigas se encuentran en la calle. Después de los típicos saludos de cortesía la conversación ya no daba para mucho. Una exclama:

-¡Pero tía ¿y eso?- mientras señala un minimoratón en el brazo.
-Ha, ha y porque no me has visto las rodillas.
La amiga mira con cara de sorpresa, pensando no se a qué se refiere.
-¿Y eso?- repite nuevamente. La sorpresa le ha dejado sin otro repertorio para preguntar.
-Pues de chupar pol*as.

La amiga intenta no hacerse la sorprendida y suelta un bajito ah... de ya se ha descubierto el pastel.

Sin duda su amiga había tenido una velada de lo más salvaje y expontánea.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Cuevas de Aladino

Y un día ella y su madre visitaron Gibraltar u descubroeron una sucuersal de Marks and Spencer. Pese a estar rodeadas de Marks and Spencers en casa, se pusieron como locas. (Eso también constituye una característica vacacional en mi caso: tiendas que puedo visitar cuando me aptece en casa, me parecen de repente Cuevas de Aladino llenas de cosas maravillosas).


Extraído de la novela Bajo el edredón, de Marian Keyes.


Se sintió identificada con lo que leía. En su viaje a la ciudad Condal cierto era que pensaba comprar porque se había llevado todos sus ahorros y no para pagar el ticket al bus turístico precisamente. Pero lo que le sorprendió fue entrar en tiendas que normalmente visitaba en su zona y al verlas señalarlas como si fueran lugares inaccesibles para ella en su tierra. Al mismo tiempo cuando salió de las fronteras de su país también se sorprendía cuando éncontraba un cartel luminoso que le era familiar. ¿De nada había servido que estudiara marketing, sociología del consumo, entre otras? Sí, pero ¿qué tiene de malo? Si esa reacción va unida a una subida de adrenalina y felicidad, nada tiene de malo...