jueves, 27 de noviembre de 2008


Ella lo ve al fondo del autobús. Trata de disimular, de vacilar, de parecer natural, de no tropezar, de no poner cara de sorpresa ni cara de...¿qué expresión debería mostrar los músculos de su cara? Agacha la cabeza mientras guarda su billete y las vueltas en su cartera y se dirige al final del bus donde hay espacio para viajar de pie. Sabe que le toca levantar la vista, ya no puede hacerse por más rato la despistada. Por su cabeza y ya desde que puso el primer pie encima del transporte, sobrevuela la conversación de hace escasos dos días con el sujeto en cuestión. La vergüenza se adueña de ella aunque trata de hacer desaparecer de su mente todo aquello. Recibe un saludo de él y un seguido ¿qué tal? y se hace la sorprendida. Ahora la cara que muestra ella es de dormida. Trata de lanzar una frase cualquiera y se esfuerza por buscar algo más largo a un hola y un bien de respuesta monosílaba. Se inventa algo al instante, algo típico entre estudiantes. Se ha madrugado y la chica dice con tono de fastidio que tiene sueño. Aprecia que el asiento junto a él está vacio y no lo estrá por mucho tiempo. Decide armarse de valor y sentarse a su lado. El autobús se pone en marcha.

sábado, 15 de noviembre de 2008