Apuesto a que hoy no he gastado apenas una 3era parte de las calorías que he ingerido a lo largo del día. Mi actividad en esta tarde de domingo ha sido mínima. Dicen que besar quema calorías, pero si ese beso ha sido sin lengua...oh cuánto me molesta arrepentirme de los besos que no doy. Con lo ricos que saben, con la magia que despiertan, con lo lejos que te transportan y a pesar de ello los tengo descuidados...Como mis músculos. Mañana empezarán a ponerse en marcha tras unos dos meses de actividad casi sedentaria que intento camuflar con un par de días de trote medio alegre, ratos de bicicleta estática mientras miro alguna peli en mi pequeña pero adorable pantalla de 15', o los contados partidos de voley playa. Pero no me quejo de nada de lo que he hecho ni de aquello que no he hecho en este tranquilo y perezoso verano.
Pero ¡epa! porque ¡aún no ha terminado! Los horarios irán apoderándose de mi vida poco a poco, lo que hará que aproveche más el tiempo y por defecto este pase más rápido. Volverán los paseos diarios en trenes abarrotados de estudiantes y currantes que distraigan mi lectura con historias para no dormir y quejas y más quejas. En fin prefiero revivir esto cuando toque y no ahora porque no toca.
Después de retozar una hora en la cama y por fin decidir levantarme para tomar el desayuno casi equilibrado libre de tortitas, tostadas empapadas en mantequilla y mermelada y lejos de bebidas estimulantes como el coffee o té, volví a aposentar mi trasero de nuevo. 1 hora y media dejada caer en mi silla de "oficina" tuvo como consecuencia que mi zona lumbar recientemente contracturada, enganchada o bloquedada, volviera a dar por saco.
Por la tarde el sofá se adueñó de mí. me atrapó y no pude escaparme de él. Empecé tragándome cualquier cosa que estaban echando en la TV. Pensé terminarme un libro el cual no me llama nada la atención y el cual dejé al poco rato. Finalmente devoré las pocas hojas que aún tenía sin leer de la última revista Glamour. ¿Lo mejor de todo mi letargo haciendo sofaning? Cuando mi gatita vino maullando a la vez que contoneaba su trasero contenta y a la que le dí mil caricias. Con su ronroneo, en mi cara una sonrisilla surgía.
Pero ¡epa! porque ¡aún no ha terminado! Los horarios irán apoderándose de mi vida poco a poco, lo que hará que aproveche más el tiempo y por defecto este pase más rápido. Volverán los paseos diarios en trenes abarrotados de estudiantes y currantes que distraigan mi lectura con historias para no dormir y quejas y más quejas. En fin prefiero revivir esto cuando toque y no ahora porque no toca.
Después de retozar una hora en la cama y por fin decidir levantarme para tomar el desayuno casi equilibrado libre de tortitas, tostadas empapadas en mantequilla y mermelada y lejos de bebidas estimulantes como el coffee o té, volví a aposentar mi trasero de nuevo. 1 hora y media dejada caer en mi silla de "oficina" tuvo como consecuencia que mi zona lumbar recientemente contracturada, enganchada o bloquedada, volviera a dar por saco.
Por la tarde el sofá se adueñó de mí. me atrapó y no pude escaparme de él. Empecé tragándome cualquier cosa que estaban echando en la TV. Pensé terminarme un libro el cual no me llama nada la atención y el cual dejé al poco rato. Finalmente devoré las pocas hojas que aún tenía sin leer de la última revista Glamour. ¿Lo mejor de todo mi letargo haciendo sofaning? Cuando mi gatita vino maullando a la vez que contoneaba su trasero contenta y a la que le dí mil caricias. Con su ronroneo, en mi cara una sonrisilla surgía.
1 comentario:
Hola blanca, gracias por tu comentario...ya estoy viendo tus notas...y me parece que me van a gustar,,
puedes ver algunos cuentos mios si quieres en mi blog...
saludos!!
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